Todo... Realmente es Nada
A casi cumplirse un año de mi último post, me encuentro aquí de nuevo. Porque aveces por más que te piensas independiente de algo, te empeñas en continuar agarrándolo, alimentándolo, nutriéndolo, y quedándote con todos los deseos de que continúe viviendo.
No pasa un día sin que piense en él. Cuando pasas casi cinco años jodiendo con algo, y lo ves crecer, y te haces parte de él, y él se hace parte de ti... No es algo que olvidas de un día para otro. Como una relación absurda, enfermiza, que sabes que no irá a ninguna parte, pero que sientes no eres nada sin ella.
Es curioso como dedicas tanto ánimo, energía, motivación y empeño (sin querer mencionar el dinero y enfado por parte de terceros) en algo que sabes que es tan efímero. Y es más curioso como ese algo derepente (y tan crudamente) te desinteresa.
Los humanos somos TAN malagradecidos... El blog no esperaba nada de mí, no esperaba que yo publicara a diario, ni semanal, ni mensual. Sólo quiso saber de mí esa vez. Sólo me mandaba recordatorios al e-mail, que nunca leí, que nunca quise leer, que seguro borré ya.
Todo lo que sientes, lo que vives, de lo que crees que estás hecho, lo que crees que nunca dejarás de sentir, y que ha sido la mejor parte de tu existir... Realmente es la NADA más grande de tu vida. La nada que llega y te choca la cara, y te deja un dolor de varios días. Y digo días, porque (gracias a Ese Dios) no hay mal que se te pegue de forma tan permanente. Eso de que "No hay mal que dure cien años" es mi esperanza.
Pero mi blog sabe que tarde o temprano siempre aparezco. Tenemos una relación de amor y odio que dudo mucho terminará alguna vez. Lamentablemente, la persona que me llega a la mente con todo esto, no corre la misma suerte. A ese no me le vuelvo a aparecer nunca.