Falta De Experiencia (Part Trois)

Con el impulso que sólo la fuerza bruta logra (acompañado por una mordida más violenta que seductora), me desprendí de sus brazos y como pude bajé el segundo set de escaleras. Corrí hacia afuera de la salida del Edificio C, y no volví a entrar a la Universidad. Volé el último período, que irónicamente, no recuerdo qué materia era. Tomé par de conchos y llegué al Embrujo II. Yo no estaba buscando eso. Un poco de simpatía de su parte, quizás. Pero nunca sentirme tan... infiel... Ahora lo recuerdo todo, y me digo "Qué caballá, por esa estupidez no botaría a Mr. Death..." pero en aquel entonces se sentía como una gran cosa. Sentía que había fallado gravemente.

Contrario a lo que hubiese hecho con cualquier otro tíguere que no fuera Napoleonov... se lo conté. Sí, fui derechito a su casa, y lo invité a la mía. Napoleonov estaba cansado de lo que sea que él hacía en las tardes. Por alguna razón le picaba verme de día y tenía los ojos rojitos. Cruzamos la cancha y la zona verde que separa nuestras casas...

Yani: No te voy a dar detalles, porque si a mí me duele recordarlos, sé que a ti te va a doler más escucharlos. Hoy alguien me besó. Fue un beso. No fue una topada, ni un relajo, fue un beso... Con lengua.
Napoleonov: ...
Yani: ... Yo no quería, en serio... Pero... tampoco lo detuve. No pude. El es demasiado fuerte.
Napoleonov: ...
Yani: Y le dije que te tengo, y que te quiero, pero eso no lo detuvo. Como quien dice me agarró en un rincón!
Napoleonov:...

[Señor, si usted quiere intimidar y asustar a una mujer, no le diga nada cuando ella le explique que ha metido la pata... Quédese callaíto. Vaina que le acelera el corazón a uno!! y hace que uno se anticipe el peor de los finales, en el que el tipo no aguanta el pique y le floja una trompá a uno...]

Napoleonov: ... Qué curioso...
Yani: (Sintiendo lágrimas frías bajando por mis mejillas) Qué...?
Napoleonov: Hoy mismo alguien me dijo que me estabas pegando cuernos.
Yani: QUE?
Napoleonov: (Con una sonrisa fría) Sí, heheheh... cómo es la gente de chismosa, verdad?
Yani: 'Pérate, 'pérate. Estoy hablando de un beso. Eso es todo. NO HUBO NADA MAS.
Napoleonov: (Con una sonrisa triunfal) Y mira si fueron precisos, que hasta nombre me dieron.
Yani: Qué nombre?
Napoleonov: No te preocupes. Yo no creo en eso. No te creo capaz de serme infiel.
Yani: QUE NOMBRE???
Napoleonov: (Cambiando la sonrisa por una expresión que nunca había visto antes en su rostro)
... Abraham.

[Me quedé fría. Caballero, si usted quiere ASUSTAR a una mujer y hacer que se engranuje de anticipación, deje de reirse de un pronto, y ponga la cara como un machete.]

Napoleonov: Si te forzó a besarlo, es mi deber ir a darle una golpiza. Dime dónde vive.
Yani: Anjá. Y cómo diablos sé yo? Mira, no tienes que hacer eso. El no lo vuelve a hacer. En serio, él entendió que no me interesa. Además, está bien grandote, Napo! No quiero ver que te haga daño!! Además, me han dicho que tiene pistola. (Me vi precisada a usar mentiras...)
Napoleonov: Es verdad que tú no me conoces... Tú sabes que yo namá tengo que coger el teléfono y marcar un número, y ese tíguere va muerto?
Yani: He oído esa frase de muchos de los chamaquitos de por aquí. Tú no eres ganguero, y mucho menos tienes gente que "has your back". Déjate de vainas, y entiende que fue un arranque. Ya no vuelve a pasar. Y lo que dices es cierto, no te sería infiel. No podría...
Napoleonov: Bull-shit!... Claro que puedes... Sólo no lo vas a hacer.
Yani:... ok... es cierto... y no quiero que dudes nunca. Pero por qué tan seguro?
Napoleonov: Por la misma razón por la que el tal Abraham ese nunca tendría algo serio contigo.
Yani:...................... EXCUSE ME????????????
Napoleonov: Mira... estuve hablando con Delgisa, y es cierto. Ustedes NO pegan. El tipo ha vivido bien la vida, y tú apenas empiezas. Hasta un hijo tiene y todo...
Yani: Hoy en día cualquier carajito tiene un hijo.
Napoleonov: El tipo está lejos de ser un carajito. Claramente le dijo a Delgisa que él no lidia con puritanas. Está impuesto a lidiar con MUJERES, y lo lamento querida, pero tú... aún no eres más que una niña.
Yani: Exacto. Por lo que no va a pasar nada. Ahora, dejemos eso, y olvida lo que pasó. No hay necesidad de golpes.
Napoleonov: Para tu suerte, yo no lo he visto. Pero dile que se cuide de que yo no me entere de quién es, porque esto no se puede quedar así, no.
Yani: Whatever... eso no importa. No importa ya... Vamos pa'l hot-dog, sí?
Napoleonov: Heheh... Qué suerte tienes de tener un tipo como yo. Otro te hubiese golpeado fuerte, lo sabes?
Yani: Sí... qué "suerte"...

Las palabras de Napoleonov fueron hirientes, sí, pero sentía que las merecía. No obstante, me había hecho una idea tan errónea de Abraham, que tuve que confrontarlo para convencerme de que realmente pensaba eso de mí. Aproveché que el Profe Brito tenía una cita con una de las múltiples jevas, y se fue temprano. Lo agarré en la misma esquina que él a mí.

Abraham: Ah... quieres más, eh? ;-)
Yani: Nada de eso. Tengo una pregunta para ti. Es cierto que piensas que no soy más que una niña?
Abraham: Nunca he dicho eso.
Yani: Lo crees?
Abraham: Bueno... sí. Pero eso no tiene nada de malo. Todo tiene su ventaja y su desventaja.
Yani: En mi caso, cuál es la ventaja?
Abraham: No estás malgastando tu vida, y quemas las etapas a su vez.
Yani: Desventajas?
Abraham: Dejas pasar oportunidades que llegan sólo una vez en la vida, por cobardía, apariencias, o cualquier otra excusa.

[En ese momento, una guagua con un Discolight cruzó por fuera de la Universidad...]

"Adiós, estoy muy triste... pues hoy, que tú te fuiste... Se oyó nuestra canción... Para que nunca la olvidáramos los dos..."

Abraham: Wow, es mi canción. Fácilmente me pongo a llorar aquí mismo.
Yani: Estoy enamorada.
Abraham: Acostumbrada.
Yani: No me conoces!
Abraham: Es cierto. Pero ese dato lo sé. Lo siento. Lo sentí cuando te besé. Tú querías que yo lo hiciera...
Yani:...
Abraham: No te preocupes. Yo mi boca, mis brazos, y todo lo demás, los dejaré tranquilitos hasta que tú quieras.
Yani: No va a pasar nada entre nosotros.
Abraham: No estaría tan seguro. Algún día uno de ustedes dos se va a cansar de jugar el jueguito de novios por costumbre. Uno de los dos se va a dar... Y... Ahí estaré esperándote... a ver si quieres empezar conmigo.
Yani: Empezar a qué?
Abraham: A jugar los juegos más divertidos que conocerás en tu vida. Los que nunca se olvidan... Los que...
Yani: Me tengo que ir, nos vemos...

Damn, todavía se me acelera el corazón un chin cuando pienso en eso. Si me quedaba, fácilmente iban a ser árbitro de una pelea entre mi cerebro y mi corazón de nuevo. Esa no iba a ser la última vez que lo vería, ni en clase ni en la carrera. Era inevitable que lo vería pronto, y quizá para ese entonces no estaría yo dispuesta a seguir jugando esos "juegos puritanos" con mi "novio".

Todavía lo recuerdo, cuando en La Mega FM ponen esa canción de Elvis Crespo, a la cual Abraham bautizó como "Nuestra Canción"... y que, curiosamente, lleva ese mismo título. Y cuando a algún curioso inocente se le ocurre decir "Todo tiene su ventaja y su desventaja"... Y cuando me doy un trago de Vodka sin mezclar...

Unas cosquillas en el pecho me decían que eso no quedaría ahí. Par de ciclos más tarde, me di cuenta de que la cosquillas tenían razón.

Pero esa es otra historia...