El Final del Principio (IV)

Ya, quejones... :-) Saben que trato...

Narciso cambió de color cuando vio lo que estaba yo sosteniendo. (Disculpen, pero han pasado varios años de eso, y no me acuerdo exactamente qué era... quizá un día despierte derepente a las 3 de la mañana y exclame: AAAAaaaahhh, era un cucharooooon!!" o algo así...) Pero bueno, como que el miedo venció su metrosexual hombría...

Narciso: Ay, ya, niña... no sabes de lo que te pierdes...
Yani: Ah, coñ*, pero sí de lo que me gano... por buena gente.

No se había movido ni dos milímetros cuando lo empujé para el lado, comprobando que si alguna vez se le hubiese cogido con ser boxeador, de peso pluma no pasaba. Salí para la sala y le crucé por el lado a la vieja, que ahora estaba dormida en una posición medio fantajmosa en la mesedora-mueble. Tuve deseos de decirle "Vieja apoyadora! No sabe que tiene un monstruo podrido en corrupción, viviendo en su casa?" Pero ahí la dejé, haciendo sueños de almidón y Sopitas Maggy.

Corrí afuera... no, mentira, yo no corro... Caminé como la jón del diablo hasta la salida de la Villa, soltando por el medio la garantía de que mataba al marica si me hacía algo.

Detrás de mí venía Narciso, voceando “Yani, era relajando, era mentiraaaaa!! Te estaba poniendo a prueba!!” Yo con una mano en el pecho y la otra haciéndole la bella seña, al fín llegué a la acera frente a la Universidad, y el tipo me alcanzó.

Narciso: Diablo... tú eres rápida. En serio, era relajando.
Yani: Mira, Narciso, fuera relajando o en serio, Napoleonov es tu amigo. Esa vaina no se hace. (Le dije, con los pulmones en la boca) Mira, yo te voy a ser sincera... YO TE HACIA CUNDANGO. Y me excusas, pero hubiese preferido 100% seguirte pensando como una simple y estricta florecita a imaginarme que ibas a saltar con e’ta vaina...
Narciso: Pero vamos para mi casa para poder demostrarte que yo no soy homosexual.

"Ah, carajo! Y no era relajo! No jodas!! No' vemo', bye", dije, ponderando cómo carajos iba a cruzar la Avenida (Todo el que ha cruzado la Avenida Estrella Sadhalá a las 5 de la tarde sabe a lo que me refiero).
"Bueno....................", dijo, pensativo, "........................ Espero alguna vez puedas perdonarme..."

Fue entonces cuando, para colmo de males, el Narso intentó, en plena acera, plantarme un beso!! Como si todo lo otro no hubiese sido poco. Se topó en cambio con mi barbilla, que más tarde ese día pasaría por muuuuuucho jabón de cuaba...

Mi aventura en las tempestades del marica, habían culminado en otro logro de absolutamente NADA.

Al cabo de par de días, le conté a Napoleonov todo lo sucedido. Y qué creen?...

Napoleonov: Como que te estás pasando de exagerada, no?
Yani: Napo, no lie, el tipo me ‘taba tirando. En serio, mira, él puede ser tu amigo, pero pa’ mí es una pura basura.
Napoleonov: Narciso sabe que yo lo chocara si él hiciera algo así...
Yani: Bueno, pues ve preparando el carro, porque así fue, pregúntale si quieres!! Delante de mí!
Napoleonov: Quizá lo haré...
Yani: Cómo que quizá?
Napo: No te sientes por lo menos deseada?
Yani: O.ó... Y qué tiene eso que ver?
Napo: A ti te gustó que te montara...!!
Yani: ... Pérate... toy perdía... Este... no... definitivamente NO ME GUSTO!! Malvao loco! De qué hablas?
Napo: De nada... tate tranquila... Yo hablo con Narciso mañana.

Así que ya ven... No me creyó nada. No habló con Narciso, porque siguieron siendo amigos hasta varios años más tarde, y nunca hubo ninguna otra palabra entre el marica, no tan marica, y yo. Supe que el Final del Principio de mis días di'que teniendo novio, estaba bien cerca.

Vería a Narciso en la Universidad varios meses más tarde, cuando entró. El, al igual que Napo, en ese tiempo iban a la Uni por el Laboratorio de Internet, no porque estudiaran ahí.

Lo funny fue que para finales de ese año, conocí un joven de la Villa, llamado Edward, con el que llegué a tener una amistad bien nice. Una tarde, sientiéndose en confianza, se atrevió a confesarme ciertas simples palabras que por más canas me salgan, nunca olvidaré...

Edward: Loca, si yo me hubiese llevao de la gente, no te hubiese tratao.
Yani: Por qué tú lo dices?
Edward: Na... Narciso... Antes de yo conocerte, el me juró que tú eras una bicha, una pariguaya y una carajita, que no sabía aprovechar un buen rato.
Yani: (Después de casi mearme de la risa) Claro!! Claro que soy una carajita!!... Si el rechazarlo a él para no pegarle cuernos a mi novio, me cataloga como pariguaya... entonces bring it on!! Pariguaya Hard-Core!!"

Quise encontrar a Napoleonov para que el mismo Edward le dijera lo que Narciso había dicho de mí... Pero ya no valía la pena... Para ese tiempo, Napo y yo ya habíamos terminado.