A Napoleonov nunca le gustó verme o escucharme llorar. No era que el lloraba también, era que como que le daba asco o lástima todo el asunto. Cambiaba cualquier tema del que estuviéramos hablando o cortaba la conversación de raíz.
Desde esa noche, lo predicho se convirtió en evidente. Napoleonov duró aproximadamente un mes para volver a mi casa. No lo veía entre clases, no iba al Lab de Internet, no se conectaba al mIRC (ya yo entraba de vez en cuando, a #Santiago y #Dominicanos, bajo el nick de "Juicy"... Sí, tienen el permiso de reirse) y no tomaba mis llamadas. Tan solo aquellas que surgían a las 1 de la madrugada, compuestas por puras súplicas de que pensara bien las cosas, que se diera cuenta de que me estaba perdiendo. Hay quien todavía dice que manejé muy mal las cosas, que debí dármela de importante, pero Napoleonov no era así... No es de los chicos que se ve atraído por lo inaccesible... Demasiado vago para eso.
Veia mucho a Judas en esos días. Tenía la muy mala maña de tragarme con la mirada, pero voltearse tan pronto yo lo miraba. A través de los tígueres que fui conociendo, que habían entrado ese segundo ciclo a la uni y que le llevaban un curso a Napo y a Judas , aprendí que el Judas no era nada reservado. Públicamente se le conocían tres novias, a ninguna le había regalado nada que pudiese enseñarle a su rival, a ninguna le juró amor eterno, y las tres morían por él. Y sabían que eran tres. LO SABIAN!! "Qué carajo pasaba por la mente de esas carajas?", pensaba yo en esos días... Puede alguien estar enamorado sabiendo que comparte a esa persona, al menos corporalmente, con dos o más personas más? O es obsesión? (Me llegó a la mente la bachatica de Aventura ahora, hehehe...)
Llegué a pasar varias horas libres con él en el lab de Internet hablando de la vida, más de hackers, crackers y SSL (Secure Sockets Layer) que de cualquier otra cosa. El y yo compartíamos la ambición de querer trabajar en Seguridad Cibernética cuando saliéramos de la uni, (Sí, HAZ como lo oyes... la tipa que no tiene tiempo ni de conseguir un programa que sacuda el IP de alguien, era una geek hard core en esos menesteres!!) e hicimos el pacto de que uno siempre pondría al otro a prueba cada vez que el primero desarrollara un código de seguridad. Poco sabía yo que Judas planeaba una prueba muy diferente para mí.
Yani: Entonces cuál es la oficial?
Judas: Ninguna. Yo no me caso con ninguna de esas.
Yani: Entonces qué haces con ellas?
Judas: ... Fun :-)
Yani: De'gracia'o.
Judas: Hey, ellas lo saben. No es secreto. Yo no me comprometo. Quizá después que tenga 30.
Yani: Buen plan. Y tú crees que te esperen.
Judas: Para ese tiempo ya tengo que tener alguien que sea real.
Yani: Pero no puede ser que no lo sean. Come on... UNA se tiene que sacar de las tres!!
Judas: Sí, pero no es suficiente.
Yani: Y qué es suficiente?
Judas: Hahahaahaha, muy por el contrario a lo que estás pensando ahora, yo no pido mucho. Yo sólo quiero una que me dé tanto, que yo no tenga que salir a la calle a buscar nada.
Yani: A po’ tú quiere una máquina...
Judas: Conoces algún hombre que no...??
Yani: :-)
Judas me divertía, me intrigaba, se preocupaba por meterse en mi cabeza, porque yo lo extrañara. Por eso, al pasar varias otras conversaciones pseudo-profundas, secretamente lo declaré el objeto de mi curiosidad. Tuve mucho cuidado de que no se diera cuenta. Pero al pasar dos semanas, pasar todo el segundo ciclo, y no saber más nada de él, tuve que buscarlo, tuve que indagarlo, tuve que preguntarle qué había ocurrido... Y la mejor forma era, por supuesto, entrar a la vía donde todo el mundo tenía máscara, donde nadie veía mis ojos y podía mentir con cojones, donde cada uno de nosotros era un nick compuesto de ocho caracteres o menos, donde la juventud se leía y se sentía revelada... mIRC!
CONTINUARA...
