Este Año... Volverá Juanita?

A dos días para Navidad, la melancolía se ha adueñado de mi mente. No crean que este será ese primer post en que conocen mi lado “deep”, no los voy a asustar tan temprano. Pero a esta hora, y faltando tan pocos días para que termine el año más raro en mi vida, me siento sin inspiración. En un lugar tan helado como Massachusetts, y de mentalidades tan podridas, me pregunto cómo es que estas familias tan superficialmente unificadas cantan “Blanca Navidad” y en sus mismas casas hay tantos que tienen un futuro tan negro.

Es la primera Navidad que paso sin mi padre. Mi madre no quiere estar allá y él no quiere estar aquí. Me hacen falta los intercambios de los 80s y 90s. En que los regalos costaban de 3 a 20 pesos. A nadie le importaba si alguien regalaba mejor que el otro, o si el regalo no era muy bueno. La risa lo apaciguaba todo. La Navidad era sencilla, e inolvidable.

Me hace falta levantarme a media noche y oler gengibre (nunca me ha gustado, siempre pienso que estoy bebiendo miao con canela)… y al compás de “De la montaña venimos” y “Abreme la puerta” abrazar a mis vecinos y recordar que tengo una familia fuera de casa. Me hace falta ver a mis primitos abriendo los regalos: carros a control remoto, Barbies, instrumentos musicales electrónicos… y sin embargo, siempre se emocionaban más con las muñequitas de trapo y los trompos…

Ayer, después de bajar alrededor de veinte canciones Navideñas Dominicanas del ayer y hoy, me convencí que por más que trate de recrear la Navidad en Santiago, no puedo. No están mis amigos, no están los abuelos, no está esa alegría que surge al escuchar en la radio “Llegó Juanita” o “Traigo una trulla para que te levantes…”

Mañana he de juntarme con los superficiales parientes que Dios quiso que tuviera. Esas personas que exigen que su regalo no cueste menos de $50.00 y tiene que ser algo pre-elegido. Trataré de recordarlos (a todos los panas que han comentado en este blog) y mantendré la idea viva en mi mente de que a pesar de la distancia física, tengo un nuevo grupo personas en mi vida que valen la pena… aunque sea virtualmente hablando.

I’m so damned Homesick…

Felicidades, amigos.
~ Yani ~